Como es ampliamente conocido, el término agudeza visual estática se refiere a la capacidad del sistema visual de discriminar detalles de un objeto estático1. De ello se puede deducir que la agudeza visual dinámica (AVD) se refiere al mínimo tamaño reconocible, de un objeto en movimiento.  Y así es.

La agudeza visual dinámica se define como la habilidad de discriminar detalles de un objeto cuando existe movimiento relativo entre dicho objeto y el observador2. Para que un observador reconozca un objeto que se mueve dentro de un plano bidimensional debe: detectar el objeto a medida que cruza su campo de visión, usar movimientos oculares (sacádicos y/o seguimientos) para localizar el objeto, y resolver los detalles para hacer un juicio apropiado sobre el reconocimiento del objeto. Todas estas acciones deben de concentrarse dentro del breve periodo de tiempo en el que el objeto está dentro de su campo visual3.

La correlación entre la AV estática y la dinámica se ha demostrado baja y que aumenta de forma inversamente proporcional a la velocidad del estímulo. De hecho, es usual encontrar diferencias individuales importantes en el valor de AVD en sujetos con similar AV estática4,5. Esta débil correlación está vinculada fuertemente a la velocidad del objeto como veremos más adelante6.

Investigaciones pioneras desde el enfoque neurofisiológico8,9 permitieron diferenciar los dos tipos principales de agudeza visual, la estática, cuyo soporte neural básico era el sistema parvocelular y la agudeza visual dinámica, cuyo soporte neural básico es el sistema magnocelular. Las investigaciones de las funciones específicas de cada vía neural visual en primates reflejaron cierto consenso al relacionar las tareas de reconocimiento de formas, agudeza y percepción del color con la vía parvocelular, mientras que la percepción del movimiento sería la función preferente de la vía magnocelular10,11.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE la AVD?

Es ampliamente reconocida la importancia de esta habilidad en la visión deportiva, y por ello, su evaluación y entrenamiento de mejora.

La percepción visual del movimiento, con la que la AVD se halla estrechamente relacionada, resulta esencial para la adaptación al medio dinámico que nos rodea. Gracias a la visión dinámica, son posibles, por ejemplo, tareas habituales como la práctica deportiva o la conducción. Además, se ha visto que esta habilidad también permite predecir la futura ubicación de un objeto que se desplaza, lo que es crucial, especialmente, en el deporte.  

Quizás sea esta la razón principal por la que numerosos estudios científicos apuntan que el valor de AVD es superior en deportistas de élite con respecto a la población sedentaria12,13. Diferentes trabajos14 han evidenciado la posibilidad de mejorar la AVD mediante el entrenamiento de esta habilidad, señalando además la necesidad de desarrollar instrumentos adecuados para tal fin.

Factores que influyen en la AVD

Existen una serie de factores que pueden afectar de forma significativa a la medida de AVD. Entre ellos no aparece la influencia del optotipo elegido para su evaluación. Esto se debe a que la mayoría emplea el mismo optotipo, el anillo de Landolt, como optotipo normalizado de referencia, según la norma UNE-EN ISO 859617.

Velocidad

La velocidad del objeto es un parámetro muy relevante en la medida de la AVD. El movimiento del estímulo generalmente dificulta la discriminación precisa de los detalles del estímulo visual. En consecuencia, la agudeza visual de un sujeto se ve reducida al aumentar la velocidad de desplazamiento del objeto18. Según Prestrude19, sobre los 50°/seg estaría la velocidad límite a partir de la cual se inicia dicho deterioro del rendimiento visual y, con velocidades a partir de 120°/seg, se obtenía una correlación prácticamente nula entre AV estática y AVD20.

Una explicación a este efecto puede encontrarse en el hecho de que la AVD está muy ligada al sistema oculomotor. Por ello, como los ojos no pueden seguir el objeto adecuadamente en altas velocidades del estímulo, la AVD disminuye con respecto a la AVE.

Según Gresty21, la velocidad máxima a la cual un objeto móvil puede ser adecuadamente seguido por los ojos, es de aproximadamente 30°/seg, lo que coincide con los hallazgos de Brown22 que sugirió que a velocidades de 25-30°/seg, la correlación entre AV estática y AVD es buena.  A velocidades superiores, los movimientos oculares de seguimiento se mezclan con los movimientos sacádicos en un intento de corregir los errores de posición de la imagen retiniana, lo que implica una pérdida de agudeza visual.

Esta disminución de la agudeza visual ha sido constatada tanto para estímulos que se desplazan en trayectoria horizontal como en vertical23.

Tamaño

Existe una relación entre la velocidad y el tamaño del objeto: los objetos más pequeños se visualizan mejor a velocidades más lentas24. De ello se deduce que el tamaño del objeto tiene un efecto en la medida de la AVD. Tanto la velocidad como el tamaño del objeto tienen un efecto mutuo cuando hay un movimiento relativo entre un objeto y un observador. Es importante mantener constante una de estas variables al medir la otra, ya que variar ambas no generará un valor de AVD útil. Además, es importante especificar la velocidad del objeto al informar del valor de AVD obtenido.

Trayectoria

Se ha demostrado que la trayectoria tiene efecto sobre la AVD: los objetos que se mueven con trayectoria horizontal (de izquierda a derecha) dan como resultado una mejor AVD en comparación con los objetos que se mueven en dirección oblicua25. Este hallazgo se explica dada la omplejidad de los movimientos oculares requeridos para seguir un objeto que se mueve en diagonal y su adquisición a lo largo de la vida, así como consideraciones corticales26.

 Respecto a la trayectoria aleatoria del objeto dentro del campo visual, su uso es más habitual para el entrenamiento de habilidades de la visión dinámica (movimientos oculares), más que para la medida de AVD.

Contraste

La investigación ha revelado que la AVD se ve modulada por el contraste entre el estímulo y el fondo sobre el que se desplaza18,28: los observadores pueden resolver objetos más pequeños (AVD superior) cuando se utiliza un objeto de alto contraste en comparación con un objeto de bajo contraste. Las medidas de AVD que utilizan optotipos de bajo contraste son más sensibles al aumento de la velocidad objeto25,29,30.

El efecto del contraste en la AVD plantea preguntas interesantes sobre la influencia de enfermedades oculares como la esclerosis múltiple, que puede empeorar la sensibilidad al contraste y su efecto en las tareas de la vida real que implican el reconocimiento de objetos en movimiento, como los deportes o la conducción.

Cómo medimos la AVD con OptoTab®

Desafortunadamente, a pesar de la importancia de la AVD, son escasos los instrumentos específicos disponibles para el estudio de esta habilidad15. Esta escasez de instrumentos de medida de la AVD provoca un cierto desorden en los resultados existentes en la literatura y, en consecuencia, una clara dificultad para establecer comparaciones entre ellos o incluso, establecer valores de referencia.

Esto sólo permite una evaluación cualitativa de los resultados y la necesidad de pruebas o procedimientos estandarizados; un gold standard para la medición de la AVD es evidente.

 En SmarThings4Vision desarrollamos para OptoTab® un test de medida de la AVD, ofreciendo así la posibilidad de evaluar los dos tipos de agudeza visual: estática y dinámica.

Como es característico en OptoTab®, la mayoría de los test permiten evaluar de forma monocular y binocular con polarizados, y el test de AVD no podía ser diferente. Con los filtros polarizados de la gafa o los adaptadores para foróptero (pregúntanos por esta opción) podemos examinar la AVD monocular sin necesidad de ocluir al paciente y controlando qué ojo estamos evaluando.

El test de AVD de OptoTab® permite medir la AVD en diferentes trayectorias (horizontal, vertical, oblicua 45º y 135º) y a diferentes velocidades. Además, el test permite cambiar el tamaño del objeto durante el test y elegir la presentación de una o cinco optotipos (disponibles todas las familias de optotipos que incorpora OptoTab®).

Durante la realización del test es posible modificar el contraste, invertir el fondo o incluir el efecto de amontonamiento (crowding) para ampliar las posibilidades del test y alcanzar todos los supuestos de evaluación y paciente.

Estas variables, como ya hemos visto, tienen su efecto en la medida de la AVD, por lo que es recomendable establecer un protocolo de medida para cada paciente con el objetivo de poder comparar los resultados o evaluar su evolución en sucesivas mediciones.

Parámetros de OptoTab® AVD

Durante la realización del test podemos modificar los principales parámetros de forma fácil y rápida con gestos o accesos directos (botones) en la misma pantalla del test.

El tamaño (agudeza visual) se modifica desplazando el dedo hacia arriba (disminuye valor de AV) o hacia abajo (aumenta valor de AV) en la parte derecha de la tablet de manejo, tal y como se indica en la figura (flecha azul).

Botón que  permite modificar la velocidad del objeto (grados/seg) durante la realización del test. 

Botón que permite modificar el contraste del optotipo de forma monocular o, si se trabaja con polarizados, modificarlo de forma independiente para cada ojo por separado.

Botón que permite modificar la trayectoria del objeto: horizontal, vertical oblicuo 45º o 135º. Pulsamos sobre la dirección escogida y el movimiento cambiará de forma automática.

Desde SmarThings4Vision nos gusta facilitar a los profesionales herramientas que sumen valor añadido a su trabajo, por lo que procuramos establecer protocolos de referencia con los que empezar a trabajar. En el momento que estén disponibles, facilitaremos los estudios que están en marcha para ayudar a los profesionales a sacar el máximo rendimiento a este test y, por extensión, a OptoTab®.

 

Si quieres más información, no dudes en contactar con nosotros. Te informaremos sobre características y precios de OptoTab® sin compromiso.

 

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